sábado, 5 de julio de 2014

Laguna de la Nava (Sierra de Gredos): Senderismo, aves, reptiles y mariposas.

 
La ruta de la laguna de la Nava, en la Sierra de Gredos, es una de esas rutas habilitadas y señalizadas con las que cuenta el Parque Regional de la Sierra de Gredos, a pesar de la belleza del entorno,  se trata de una ruta muy poco transitada en comparación con otras rutas como la de la Laguna Grande o las Cinco lagunas por poner algún ejemplo y al ser mucho menos visitada por senderistas y montañeros, por supuesto que también lo es para los aficionados a la observación de aves.
Hacía mucho tiempo que quería hacer esta ruta prestándole atención a las aves que se pueden observar en este parte de la Sierra de Gredos, ya que por mucha información que busques a través de internet, el vacío es casi total, prueba de que por aquí pasa poca gente con prismáticos observando aves, por ello me propuse hacer esta ruta y contarlo en este blog.
La ruta de la Laguna de la Nava es de dificultad media, pero se puede hacer un poco pesada para personas que no estén acostumbradas a caminar durante largos recorridos por la montaña, tiene una longitud de 9,6 kilómetros y un desnivel de 786 metros estando el punto más alto del recorrido en la laguna de la Nava a 1950 msnm  y se tarda en realizar unas 4 horas (solo ida) yendo a buen ritmo.
El pasado día 18 de Junio hice este recorrido, empecé en el aparcamiento que hay junto a la población de Nava del Barco, a las 5:45 de la mañana, a esa hora lo que más llamaba la atención era la cantidad de chotacabras europeos que se oían por todas partes e incluso se podían encontrar  sobre la carretera, así que tras haber desayunado empecé a subir, primero atravesando una zona de robledal con claros donde pastaba el ganado, en esa parte del recorrido pude ver algún chotacabras volando con las primeras luces de la mañana, a medida que iba avanzando iba detectando nuevas especies como currucas capirotadas, mosquiteros papialbos, zorzales y otras especies forestales, al llegar al límite del arbolado y pasar una puerta, me adentré en una zona pastizales de montaña con arbustos dispersos como zarzas, rosales silvestres y algún tipo de sauce, en ese hábitat que tanto me recordaba a campiñas de montaña en el norte de la península observé las primeras currucas zarceras, escribanos hortelanos y montesinos, al pasar cerca del arroyo que bajaba de la montaña había numerosas lavanderas cascadeñas, chochines entre los arbustos de la ribera y algún mirlo acuático.
 
 
Poco a poco fui subiendo y el relieve se fue haciendo más escarpado con grandes paredes de roca a ambos lados de mi camino, en esa zona los colirrojos tizones cada vez se volvían más comunes y los roqueros rojos empezaban a hacerse notar y con los primeros rayos de sol, pude ver a un adulto de águila real volando de un lado a otro de la garganta, seguí subiendo y en todo el recorrido pude contabilizar hasta 8 roqueros rojos cantando en lugares diferentes.
A medida que me acercaba a la laguna, el paisaje se hacía más de alta montaña, el matorral empezaba a tener un porte más almohadillado, se notaban claramente las huellas que la erosión glaciar dejó en este valle, hasta que poco antes de llegar a la laguna encontré un prado de montaña donde pastaban algunas cabras monteses y fue allí donde encontré al menos dos  parejas de collalba gris, al roquero rojo más, un total 6 bisbitas alpinos, un mirlo acuático y los siempre abundantes acentores comunes, tampoco sería de extrañar que el acentor alpino viva en esta zona, pues el hábitat es perfecto pero los neveros me quedaban un poco lejos y no disponía de mucho tiempo, así que decidí dejarlo para una segunda expedición ornitológica en esta zona.
 
 
 




 
Al llegar a la laguna, además de lo impresionante del paisaje, hay que destacar la observación de 3 halcones peregrinos (2 adultos y un joven de este año) volando continuamente junto a las altas paredes de este circo glaciar de forma tan redondeada, me entretuve un rato sentado junto al sol junto a la laguna, pues eran las 10:30 de la mañana y hacía bastante frío.
 
 
Tras una breve pausa decidí empezar a bajar encontrándome de nuevo con las mismas especies de aves que había visto a la subida, pero como el sol iba calentando las rocas, me encontré con las primeras lagartijas carpetanas (Iberolacerta cyreni), un valioso endemismo del Sistema Central que solo vive en zonas de alta montaña de las Sierras de Gredos, Bejar, La Serrota, la Paramera, Guadarrama y poco más, en total encontré 5 ejemplares (4 machos y una hembra) y creo que podría haber visto muchos más si hubiera bajado de la montaña un poco más tarde. Como curiosidad, encontré un macho 1739 metros de altitud.
 
A menor altitud, en una zona pastizal soleado, muy cerca del límite del arbolado, encontré varios lagartos verdinegros tomando el sol sobre las piedras y ya cerca del pueblo, fue el momento de las mariposas, con más de 15 especies observadas, era impresionante el acercarse a las zarzas que estaban en plena floración y comprobar la cantidad y diversidad de mariposas y otros insectos que eran atraídos, un momento en el que no quise desaprovechar la oportunidad para sacar la cámara y hacer algunas fotos.










 

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