viernes, 31 de julio de 2015

Buscando críalos en la comarca de Trujillo.


Críalo europeo (Clamator glandarius), adulto.
 
Críalo europeo (Clamator glandarius), joven.
 
Recuerdo como hace unos 6 o 7 años, como durante mis rutas guiadas, los clientes extranjeros me preguntaban acerca de las posibilidades de observación del críalo, es una especie clave para quien viene en primavera para ver aves a Extremadura.
Por entonces, uno se podía permitir responder con total seguridad dando por hecho que lo veríamos y en realidad así era, ya que nada más llegar al lugar adecuado  y bajar del coche, el críalo no tardaba en dejarse ver y por supuesto oír.
Eran otros tiempos, pero no tiempos precisamente lejanos, los críalos no faltaban en una excursión por sus lugares habituales, podías verlo posado en una rama de retama o en una alambrada, posado en el suelo comiendo orugas sin parar y permitirte observarlo a distancias relativamente cortas, también nos alegraban las salidas al campo con su característica algarabía mientras volaban perseguidos por las urracas y mostrándonos el curioso comportamiento que lleva a cabo este ave para atraer, agotar y distraer a estos inteligentes córvidos hospedadores, mientras la hembra del críalo depositaba sus huevos en el nido de la urraca, ya que el críalo es un pariente del cuco y como buen cucúlido es un parásito reproductor y en este caso, como norma general está especializado en parasitar a las urracas pero también a otros córvidos a los que consigue engañar.
El críalo era y es una especie clave que toda la gente quería y quiere ver, para mí era fácil de enseñar con relativa facilidad. Pero con el paso de los años, el críalo y otras aves que antes eran más frecuentes, han ido haciéndose más raras y perdiendo terreno y llegando a desaparecer en muchos lugares de donde fueron habituales. En los últimos años no me canso de decir que el campo no suena igual que antes, que muchas especies cada vez se están haciendo más raras, y eso lo estamos comprobando año tras año quienes nos dedicamos a guiar. En mi caso, me veo en la situación de que a pesar de tener mucha más experiencia y horas de campo acumuladas que por aquel entonces, veo como algunas especies resultan más difíciles de encontrar y de enseñar, esa lista de especies en declive es larga, tan larga que asusta a cualquiera que tenga algo de sensibilidad por lo vivo y lo natural, pero da la casualidad de que la mayoría de ellas son especies propias de los llanos y sistemas agro-esteparios o muy vinculadas a ellos. No se sabe muy bien que ocurre pero esto me suena demasiado a aquello de la primavera silenciosa ¿a vosotros no? , siendo optimista, creo que todavía estamos a tiempo de reaccionar, ¡pero hay que espabilar ya! ya que las poblaciones de aves vinculadas al llano se desmoronan.
Durante la pasada primavera pude comprobar que esta especie estaba en boca de mucha gente, en boca de muchos aficionados a la observación de aves que habían venido a Extremadura, pero también despertaba preocupación y comentarios entre la mayoría de profesionales dedicados al turismo ornitológico más experimentados.
Esta preocupación por su ausencia, me llevó a coger los prismáticos muchas tardes al acabar mis rutas y salir a explorar todos aquellos lugares con hábitat adecuado para la especie, todos aquellos lugares de los que tenía alguna observación grabada en mi memoria. En verdad lo que ocurrió es que me negué a asumir una primavera sin ver, oír y enseñar críalos y eso me costó muchísimas horas de campo pero mereció la pena, el trabajo empezó a dar sus frutos y aunque este pájaro es escaso actualmente, lo encontré en bastantes lugares pero con bastante trabajo, eso me hizo estar satisfecho y creo que disfrute y aprendí muchas cosas nuevas sobre el fascinante comportamiento reproductor de este ave, además actualicé mi información sobre esta especie en mis zonas de campeo habitual.
Pero también me sentí satisfecho porque muchos de mis clientes han podido disfrutar de esta especie en mis rutas ornitológicas. Digo que estoy satisfecho por el resultado de un trabajo en el que he invertido mucho tiempo pero creo que eso es algo que marca una diferencia sobre lo que supone contar con guías de la zona. A mi me ha servido para conocer mejor a esta especie y cuál es su situación real en la zona y por eso debo decir también que estoy muy preocupado por este artista del engaño que es el Clamator glandarius, el que vocifera en los entornos abiertos y en las dehesas, me gustaría pensar que son solo unas temporadas malas y que podremos volver a disfrutar de esta especie con la facilidad de hace no muchos años.
Curiosamente, a pesar de ser un año en el que ha sido tan difícil de ver al críalo, ha sido la temporada en la que más juveniles he podido encontrar, un total de 8 de un total de 5 nidadas diferentes, algunos son el resultado de esa intensa búsqueda, pero otros aparecieron durante alguna ruta cuando ni me los esperaba. De todas estas observaciones que he podido disfrutar, os contaré dentro de poco algunas cosas que he podido observar, próximamente escribiré algo sobre los jóvenes críalos y ciertos indicios que he encontrado que sugieren una alta mortalidad juvenil por depredación.
A continuación, podréis ver algunas fotografías de críalos jóvenes y adultos tomadas durante la pasada primavera y principios de este verano, espero que os gusten.  
 




Jóvenes de una misma nidada observados a primeros de julio cerca de Trujillo.
 
 
A continuación, unos vídeos de ejemplares de críalo observados cerca de Trujillo durante las rutas ornitológicas de Iberian Nature:
 
 

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