Un año más, nos alegra haber participado en un festival
consolidado que tiene como protagonistas a las aves y que cuenta cada vez con
mayor acogida tanto entre residentes en Cáceres y alrededores como de turistas
que se acercaron ese fin de semana a conocer la ciudad y participaron en algunas
de las numerosas actividades programadas.
Durante nuestras rutas guiadas por la zona monumental,
pudimos observar a un buen número de especies. Quienes se apuntaron a estas
rutas pudieron ver de cerca, gracias a nuestros telescopios, las diferencias entre cernícalos primillas y
cernícalos vulgares que están presentes en los mechinales y tejados de los edificios
más antiguos e históricos de la ciudad, pudimos dar a conocer sus costumbres y
comportamiento así como los problemas de conservación de estas especies.
También pudimos observar toda una variedad de aves
insectívoras como golondrinas comunes,
golondrinas dauricas, aviones comunes y aviones roqueros, sin olvidarnos de la
interesante población de vencejos comunes y vencejos pálidos que podemos
observar en Cáceres.
En zonas de parques, jardines y huertos pudimos mostrar muchas de
esas aves comunes que a menudo pasan desapercibidas en el día a día de las
ciudades, tales como verderones comunes, verdecillos, jilgueros, pardillos
comunes o herrerillos comunes entre otros muchos.
Desde los puestos de observación de aves, situados en la
torre de Bujaco y en el Baluarte de los pozos, además de todas las especies
mencionadas, se podía observar el vuelo de aves rapaces como milanos negros y
milanos reales, águila calzada, culebrera europea, buitres leonados o un
interesante trasiego de buitres negros sobre la ciudad.
En definitiva, nos hemos sentido muy satisfechos en este
festival y nos alegra ver la acogida que tiene entre el público en general, con
mucha gente que no estaba familiarizada con la observación de aves, pero que
parecía mostrar gran interés al estar descubriendo algo tan apasionante como es
la observación de las aves.