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martes, 27 de septiembre de 2016

Mimetismo de alcaravan

A veces suelo calificar al alcaraván como un auténtico maestro del camuflaje. Al igual que otras aves esteparias, el alcaraván cuenta con un plumaje críptico que le ayuda a pasar muy desapercibido en los entornos abiertos donde vive.
 
 
Este ave esteparia emparentada con las limícolas y de hábitos nocturnos ha llevado una serie de adaptaciones al extremo, solo con mirarla es suficiente para darse cuenta de algunos detalles como sus grandes ojos amarillos que sugieren un marcado comportamiento crepuscular y nocturno, grandes ojos situados en una posición que le otorgan un amplio campo visual necesario para divisar a tiempo a sus depredadores y poder controlar un especio lo suficientemente amplio como para no necesitar hacer movimientos que delatarían su presencia.
 
Si nos fijamos en el plumaje del dorso, veremos su franja alar más pálida que le ayuda a hacerse visible en vuelo pero le sirve a disimular su silueta cuando se encuentra posado y necesita pasar desapercibido.
 
Si tenemos oportunidad de ver de cerca las patas amarillas de un alcaraván, o ver sus huellas marcadas en un camino seco y polvoriento, veremos que solo cuenta con tres dedos algo gruesos que les permite desenvolverse con rapidez en terrenos duros y normalmente secos, una adaptación que comparte con otras esteparias como la avutarda, el sisón o las gangas ¿para que iba a necesitar un cuarto dedo un ave tan terrestre y esteparia que nunca se posa en lugares elevados?
 
Al observarlo caminar, quizás algo que llama la atención sean sus patas amarillentas, ya que lo que es su cuerpo se funde a la perfección con el terreno en el que se mueve, además es un ave que al caminar apenas hace movimientos con su cuerpo, llevándolo como rígido mientras da cortas carreras de varios metros, lo que le ayuda a pasar desapercibido. En caso de presentase alguna amenaza, como un depredador o hubiera presencia humana, se agachará inmediatamente flexionando sus patas que quedan tapadas con su cuerpo y quedando inmóvil para no ser visto. Eso explica que a veces cuando observamos un alcaraván, montamos el telescopio y cuando vamos a mirar, el alcaraván ha desaparecido como si se lo tragase la tierra, lo más probable es que se haya dado una de sus pequeñas carreras y se haya agachado, es entonces cuando toca buscarlo con calma a través del telescopio, buscando el amarillo de un ojo o alguna silueta que se parezca, para complicarlo aún más, es frecuente que dejen sus ojos casi cerrados de esta forma ellos ven pero no son vistos.
 
A continuación unas fotos de un alcaraván agachado en el suelo, con esto nos podemos hacer una idea de lo complicado que puede llegar a ser encontrarlo y mostrarlo en ocasiones.
 


viernes, 24 de junio de 2016

Amaneciendo con alcaravanes


Un alcaraván común  (Burhinus oedicnemus) observado en los llanos de Trujillo durante una ruta guiada de Iberian Nature.
 
Este alcaraván nos permitió disfrutar de su observación durante varios minutos, pudimos oír su trino aflautado, acompañado del canto de calandrias y el reclamo de críalos y ortegas en la distancia.
 
Hay lugares, paisajes y momentos que alguien que venga Extremadura para ver aves, nunca debería  perderse, uno de ellos, es sin duda  un amanecer en los llanos observando a las aves esteparias.

sábado, 13 de febrero de 2016

Dormideros invernales de alcaraván común (Burhinus oedicnemus).

El alcaraván es una ave esteparia típica de llanos y medios abiertos, su actividad es nocturna y aunque está relativamente extendida no suele ser fácil de observar debido a su plumaje críptico, su actividad es principalmente  crepuscular y nocturna siendo muy discreta durante el día. 

Alcaraván común (Burhinus oedicnemus) observado durante una ruta de Iberian Nature.

Por ello, normalmente las mejores horas para observarlo son al amanecer y el atardecer, es primer lugar es por la luz, que es de mejor calidad para observarlo al ser más suave y estar el sol más bajo y al llegarnos sus rayos de una forma mucho más horizontal, pero sobre todo  es por que a esas horas, los alcaravanes tienen mayor actividad y no estarán sesteando prácticamente inmóviles como suelen hacer en las horas centrales del día, además durante la primavera, cuando se encuentran repartidos en parejas o pequeños grupos en sus zonas de cría suelen emitir su característica llamada aflautada antes y después de la salida y la puesta del sol, siendo todavía un sonido común en los amaneceres y atardeceres del llano como también lo es la llamada del mochuelo.
Durante los meses del invierno la situación cambia notablemente, ya que los alcaravanes se vuelven mucho más silenciosos y no se encuentran repartidos en sus territorios de cría como hacen en primavera y verano, durante el invierno se encuentran agrupados en sus dormideros diurnos, dormideros a los que al menos suelen ser bastante fieles año tras año si no tienen demasiadas molestias. Esto implica que se encuentran todos agrupados en unos pocos lugares pero conociendo la ubicación de sus dormideros es relativamente fácil de observar si no se les ha molestado recientemente, cosa muy habitual sobre todo durante la temporada de caza, si no se conocen estos lugares ni se tiene la suerte de descubrir ninguno durante una jornada de campo, lo más probable es que hagamos grandes recorridos sin tener la suerte de localizar a esta especie.
 
Estas agrupaciones están formadas por aves locales a las que se suman otras llegadas de otros lugares de la península ibérica y países del centro de Europa, pueden contar con solo unos pocos individuos hasta varias decenas y llegando al centenar en algunos casos.
Dada la importancia de estas agrupaciones, me propuse al principio de la invernada mejorar mi conocimiento sobre los lugares que eligen para ubicar sus dormideros en los llanos de la comarca de Trujillo y en las Vegas Altas del Guadiana, he conseguido localizar algunos nuevos dormideros invernales en una interesante variedad de hábitats como repoblaciones forestales, olivares, caballones de tierra en zonas de regadío, barbechos, pastizales sin pastorear, etc. También he podido hacer conteos en algunos dormideros tradicionales  comprobando como en algún caso aumentaba su número a medida que avanzaba la invernada, pero también pude localizar otros dormideros al inicio de la invernada que tuvieron una duración corta, como si se tratase de pequeñas agrupaciones de aves en paso o en proceso de concentrarse en sus dormideros definitivos.
 
 
Sea como sea, la observación del alcaraván es siempre un momento especial en toda ruta de aves esteparias, da igual cuantas veces lo hayas visto, siempre merece la pena parar, montar el telescopio y disfrutar de su observación a una distancia prudencial.
A continuación, algunas fotografías de alcaravanes en vuelo, en esta ocasión levantaron el vuelo ante la presencia de dos cazadores que se encontraban demasiado cerca del dormidero.