martes, 19 de noviembre de 2013

Un paseo ornitológico por Alange y el Castillo de la Culebra

Aprovechando que está mañana tenías que ir a Mérida con motivo de una reunión, no he podido resistirme a salir temprano y hacer una visita al entorno de Alange y de paso subir al Castillo de la Culebra.

 
Dado que no tenía mucho tiempo, el paseo solo ha podido ser de poco más de una hora pero a pesar de su corta duración, ha sido muy productivo en lo ornitológico.

Entre las especies observadas destaca sin duda la collalba negra, de la que podría decir que es hasta localmente común en esta zona, en total he observado 7 ejemplares (5 machos y dos hembras), incluso en un momento he llegado a observar tres a las vez a muy corta distancia, lo que me ha permitido sacar alguna que otra foto aceptable.


Collalba negra (macho)

 Collalba negra (hembra)

Otras observaciones de interés esta mañana han sido dos vencejos pálidos que han volado sobre el castillo de la Culebra ¡en pleno Noviembre!, también resulta curioso que aproximadamente 35 aviones comunes y joven de golondrina daúrica estuvieran todavía volando por la cálida y soleada ladera sur, ladera donde gracias a la cantidad de acebuches, olivos y lentiscos en plena maduración, mantenían una gran cantidad de pequeñas aves más comunes.

Siempre digo que este lugar tiene algo especial, aquí podemos encontrar una buena densidad de collalba negra en comparación con otras zonas similares en Extremadura, hay presencia en invierno de aves que por lo general deberían haberse marchado ya hacia sus zonas de invernada en África, quizás las cálidas temperaturas de estas sierras situadas en el centro de la provincia de Badajoz puedan explicar esto, y por último, en esta sierra se pueden observar las 5 especies de vencejos que crían en la península ibérica, el vencejo real que cuenta con una interesante colonia en la zona, vencejos comunes y pálidos, el raro vencejo cafre que puede ser observado aquí desde finales de Abril hasta mediados de octubre como norma general y todavía más raro y escaso el vencejo moro que ya lleva los dos últimos veranos dejándose ver por aquí, sin olvidarnos del águila perdicera, que aunque hoy no la he visto, suele ser frecuente por aquí.


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