A tan solo unos 35 minutos desde Trujillo, en las cercanías de la localidad de Garciaz, podemos encontrar un área de extensas dehesas de roble melojo (Quercus pyrenaica). Se trata de un robledal adehesado que está formado principalmente por un arbolado muy maduro con algunas encinas mas jóvenes que aparecen dispersas.
Estas dehesas acogen a una rica comunidad de aves forestales, de medios abiertos y otras propias de zonas de sotos, gracias a la densa vegetación formada por zarzas, rosales silvestres y majuelos que aparecen a lo largo de algunos arroyos que recorren estas dehesas.
En esta ocasión el objetivo principal de nuestra visita era observar al pico menor, aprovechando que ahora los árboles están desprovistos de sus hojas y por lo tanto la observación de estas aves de pequeño tamaño es mucho mas fácil y además es mas que probable que el pico menor sea mucho mas abundante aquí durante el invierno, debido a que las características de la zona asentada sobre un pequeño valle resguardado entre sierras de mediana altitud.
Hemos tenido suerte y poco tiempo después de llegar hemos visto la primera paraje de picos menores, primero se ha dejado ver la hembra, a la que hemos podido observar con todo detalle, fotografiar y grabar y aunque las fotografías no son de muy buena calidad debido a las malas condiciones de luz que teníamos hoy, al menos sirven como testimonio.
En el video que aparece a continuación se observa a la misma hembra de pico menor que la de la foto y hacia el final de la grabación se escucha el reclamo del macho pudiéndose observar como capta la atención de la hembra y esta sale a volar en la dirección desde la cual el macho a emitido su característico reclamo.
Posteriormente hemos conseguido observar a la pareja junta y hemos podido fotografiar al macho buscando alimento en una rama podrida, en la segunda fotografía se puede apreciar incluso su lengua, tan característica de los pícidos.
En total hemos visto 4 picos menores en diferentes lugares, pero además hemos observado un total de 33 especies en solo dos horas caminando. Entre las especies de rapaces podríamos destacar la observación de un gavilán y posteriormente de un azor, pero también han aparecido el milano real y el busardo ratonero.
Entre los paseriformes destacaba la abundancia del gorrión chillón que siempre suele ser muy abundante por aquí, pero ahora se encuentra en grandes bandadas, otras especies de ´que han aparecido han sido los picogordos, un lúgano, varios escribanos soteños, o los agateadores comunes que no dejaban de sonar entre otras muchas especies que aunque comunes, nos han alegrado el recorrido.
Ya de vuelta al coche, nos hemos encontrado a este martín pescador sobre el muro de una charca, en esa charca, la nutria también es un visitante habitual, como así lo prueban los numerosos excrementos que hemos encontrado sobre las piedras y puntos prominentes de las orillas.
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