Estamos en pleno Agosto y debido a las temperaturas y escasez
de precipitaciones como es propio de una zona de clima mediterráneo, podríamos pensar que es mejor esperar a
periodos más favorables para la observación de aves, pero todo dependerá de
cómo lo planteemos.
Como sabemos, la presencia o ausencia de agua será un factor
limitante al hablar de entornos mediterráneos con un estiaje tan marcado como ocurre en
amplias zonas de Extremadura, por ello una opción muy recomendable para los
meses de verano sea acudir a la orilla de alguna charca o pequeño embalse,
buscar una buena sombra acomodarse y esperar con nuestros prismáticos y
telescopio. Veremos que además de las aves típicamente ligadas al medio
acuático son muchas otras las aves procedentes de otros hábitats cercanos las
que acudan hasta la orilla en busca de agua, tampoco pasaremos por alto la
cantidad de aves rapaces como milanos negros o águilillas calzadas entre otros
que volarán por la zona en busca de algún ave despistada.
Otra modalidad muy interesante y que produce un resultado
muy satisfactorio es la utilización de un Hide, llevar un Hide portatil puede
ser muy recomendable tanto si hablamos de fotografía de aves y naturaleza como
si pensamos dedicarnos exclusivamente a la observación o a ambas cosas. Yo
suelo ser de los que utiliza el Hide portátil tanto para observación como para
fotografía pero si nos centramos en la observación de aves desde Hide diré que
es algo que todo aficionado a la observación de aves debe probar alguna vez.
Preparar una jornada de observación de aves desde el
interior de un Hide es siembre algo emocionante, primero debes hacer una visita
previa a la charca y localizar aquellos lugares que presenten mejores posibilidades,
tener en cuenta la orientación de la luz
y los mejores lugares para instalar nuestro Hide. Una vez dentro del Hide podremos
disfrutar de encontrarnos a muy corta
distancia de las aves, podremos disfrutar de una calidad de observaciones que
ningún prismático o telescopio nos dará nunca en condiciones normales, podremos
ser testigos cercanos del comportamiento natural de las aves al no ser
conscientes de nuestra presencia, percibir sonidos que a menudo nos pasarían desapercibidos
a mayor distancia, poder observar con detalle las técnicas de alimentación
de especies muy variadas como las limícolas, anátidas, ardeidas, cigüeñas,
somormujos y zampullines o numerosas aves que vienen en busca de agua para
beber como ocurrió con las calandrias y rabilargos en mi última jornada de
Hide.
En mi última sesión de hide, la que hice ayer, pude observar a muy corta
distancia al martín pescador, una impresionante concentración postnupcial de 43
cigüeñas negras, a las que dedicaré una entrada aparte en este blog, también garzas reales y numerosas limícolas como la avefría,
cigüeñuela, andarríos grande, andarríos chico, chorlitejo chico y
archibebe claro.
Archibebe claro (Tringa nebularia) y Andarríos grande (Andarríos grande (Tringa ochropus) |
Andarríos grande (Tringa ochropus) |
Andarríos grande (Tringa ochropus) |
De entre las limícolas me llamaron la atención especialmente los
archibebes claros, de los que había un total de 12 ejemplares en la charca, se
trata de una limícola que tiene sus áreas de cría más cercanas en Escocia y sur
de Noruega, es también el más grande de los archibebes que habitualmente se ven
en Extremadura y ahora mismo se encuentra en plena migración postnupcial y por
eso aparece en muchas charcas y embalses de Extremadura.
Archibebe claro (Tringa nebularia) |
Archibebe claro (Tringa nebularia) |
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