El pasado 13 de febrero observé al primer cernícalo primilla volando sobre
Trujillo, tras haber pasado varios meses en su invernada por tierras africanas,
me gustaba verlo y pensar que tras el largo viaje de vuelta, pronto empezarían a
venir más y que poco a poco irían ocupando los tejados de aquellos edificios
donde cada año establecen sus colonias de cría.
Poco a poco fueron viniendo más, fueron dejándose ver con
más frecuencia en lugares como la plaza
de toros, los silos, algunas iglesias, palacios y varios bloques de pisos
dentro de Trujillo.
Cada atardecer, al volver de mis rutas guiadas en las que
había pasado el día viendo aves en lugares como los llanos de Cáceres y
Trujillo, Monfragüe, Arrocampo u otros lugares importantes para ver aves en
Extremadura, todavía me quedaban ganas de coger los prismáticos y el telescopio
para acercarme a la Plaza de toros o subir a algún lugar elevado para disfrutar
de la belleza de este halcón tan especial y de otras aves que vuelan sobre los
tejados trujillanos, como las cigüeñas, las grajillas, los vencejos comunes y pálidos, golondrinas comunes y daúricas,
aviones comunes y roqueros u otras
muchas aves que se observan dentro de Trujillo y su entorno más cercano, pues
tenemos la suerte de vivir en un lugar único para la observación de aves.
Por entonces ya podía empezar a intuir el número de parejas
que se podía esperar para cada una de las colonias, pude presenciar la
formación de parejas, también les veía
mostrar sus preferencias por los lugares donde instalarían sus nidos, podía
observar las cebas de cortejo, que son esos regalos que los machos de cernícalo
primilla traen a las hembras, generalmente son grandes insectos y en esas
fechas, una de las cebas de cortejo más frecuentes suele ser el grillo topo o
grillo cebollero (Gryllotalpa grillotalpa), también alguna escolopendra o alguna
lagartija en días soleados. Era muy frecuente
observar los vuelos de exhibición de los machos o los apareamientos a la
entrada del nido o sobre alguna antena.
A partir de abril se me encargó el trabajo de censar la
población de cernícalos primillas en
Trujillo, algo que acepté con ilusión pues suponía contribuir a mejorar el
conocimiento que se tiene sobre esta especie para su conservación, no es tarea
fácil censar al primilla sobre los tejados de Trujillo pero con paciencia
empiezas a localizarles, les ubicas
mejor y en definitiva les conoces más a fondo y descubres detalles como donde
tienen su nido, sus posaderos habituales, el número de parejas que viven en
cada edificio, hacia donde vuelan para buscar su alimento y muchos otros
aspectos de la vida de este ave que te hace tener la sensación de cada día
aprendes algo nuevo.
Cuando llega Mayo, sobre todo a partir de la segunda semana,
el cernícalo primilla se vuelve extremadamente discreto, es entonces cuando van
terminando sus cortejos, cebas, sus apareamientos y van empezando su incubación,
en ese periodo, para quien no conoce al primilla, podría incluso llevarse la
impresión de que han dejado la colonia, ya que apenas se les ve y se les oye
mucho menos. Pero hacia finales de mayo, aquellas parejas que primero empezaron
la incubación empiezan a hacerse más visibles y es posible verles venir
transportando comida en el pico o en las garras y entrar debajo de las tejas o
en huecos de las paredes, ese indicio es la señal inconfundible de que los
pollos están naciendo y a medida que los pollos van naciendo en los diferentes
nidos, la actividad va volviendo a las colonias, aumentando a medida que más
pollos van creciendo y necesitando más comida.
En esas fechas es muy interesante buscar lugares
estratégicos, con buena panorámica en las afueras de Trujillo para poder
observarles en sus idas y venidas, suelen salir en parejas o pequeños grupos
dispersos hacia sus zonas de alimentación que se encuentran en lugares abiertos
del berrocal o en los límites del mismo, donde crecen pastizales ricos en
alimento para el primilla. Es un comportamiento muy interesante, ya que igual
que les vemos salir en dirección a sus áreas de caza, les podemos observar
volver cargados con sus presas camino del nido, además, los primillas no se
alejan demasiado y necesitan tener buenos cazaderos cerca de sus nidos, ya que a
medida que crezcan los pollos tendrán que multiplicar sus idas y venidas, es
curioso comprobar que algunas colonias parecen tener cazaderos concretos ya que
se les observa siempre ir y venir en la misma dirección, como si tuvieran zonas
de paso más o menos definidas.
En Junio pude participar en el primer festival dedicado al cernícalo
primilla en Trujillo, en ese festival,
uno de mis cometidos como guía ornitológico fue atender un puesto de
observación de aves en la Plaza Mayor y
guiar varias rutas para observar al primilla y otras aves urbanas durante el
festival, en esas actividades participaron muchos niños que demostraron ser
auténticos entusiastas del primilla, al participar en aquellas actividades, tuve
la satisfacción de estar contribuyendo a despertar esa actitud de interés y respeto
tan necesaria para conservar las aves. Sin ir más lejos, el cernícalo fue una
de esas especies que despertó mi interés por las aves, ya que era habitual
encontrártelos por la calle, cuando se caían de los nidos y cuando tuve mis
primeros prismáticos, pasaba largas horas mirando a los "mícales".
Parece que
junio ha transcurrido rápido, tan rápido como crecen los jóvenes primillas. Ahora
que acaba de llegar el verano, las colonias de primillas se encuentran en plena
ebullición, los primillas tienen prisa, mucha prisa y les podemos ver volar
continuamente en las colonias cargados de grandes insectos, de escolopendras y
alguna lagartija para sus pollos y saliendo de nuevo a los alrededores de
Trujillo en busca de más, no es para menos, sus pollos también tienen prisa por
crecer y volar y se asoman impacientes a la puerta de sus nidos, estiran y
ejercitan sus alas, su crecimiento se
nota de un día para otro pues ya les queda menos para volar, es todo un
espectáculo.
Los adultos parecen inquietos, a veces ,alguna rapaz como el
milano negro o el águila calzada se acercan a las colonias y son perseguidos y
acosados por uno o varios primillas que les molestan hasta conseguir alejarles
de la colonia a la suficiente distancia como para que no sean un peligro para
sus pollos.
En estos días, al
pasear por Trujillo, me resulta imposible no distraerme continuamente mirando
al cielo ya que es imposible no verles, hay momentos en los que solo con hacer
una rápida pasada recorriendo con los prismáticos el cielo de Trujillo, llegas
a ver hasta más de 40 ejemplares volando en diferentes direcciones o planeando
en círculos.
Observar los edificios que tienen colonias de primillas es
algo espectacular, numerosos pollos se asoman a la puerta de sus nidos, todavía
cubiertos con su denso plumón blanco, otros más emplumados caminan por el
tejado y ejercitan sus alas, los más atrevidos ya son capaces de lanzarse a
volar hasta el edificio de enfrente haciendo sus aterrizajes con mayor o menor
habilidad, viendo el ajetreo de las colonias se comprende mejor lo que está
ocurriendo sobre los tejados de Trujillo, es toda una satisfacción pensar que
cada vez que ves un cernícalo volar con comida hay una nidada de entre 1 y 4
pollos que esperan impacientes a recibir una nueva ración.
A lo largo de la primavera he observado más de 200 especies
diferentes de aves, he recorrido llanos, dehesas, embalses, arrozales, zonas de
media y alta montaña pero no me he
cansado de observar a los primillas de nuestros tejados.Puedo decir que me
siento un verdadero privilegiado por haberme pasado la primavera mirando al
cielo y recorriendo con mis prismáticos los tejados de Trujillo en busca de los
“mícales”, porque para quien todavía no lo sepa, “mical” es el nombre con el
que en Trujillo y en muchos otros pueblos de Extremadura se le conoce al
cernícalo primilla, un ave que como pocas ha sabido captar la atención de los
extremeños por su cercanía, por vivir en nuestros tejados y por haber sido el
aliado de la gente del campo y nuestro vecino desde tiempos inmemoriales.
Ahora que va quedando menos para que los pollos emprendan el
vuelo y dejen las colonias, tengo la certeza de que este año ya le quedan pocos
días para disfrutar de los primillas volando sobre los tejados, ya que una vez
que vuelen, dejarán las colonias y se irán de Trujillo, más tarde cruzarán hacia
Africa y no volverán hasta la próxima primavera ¡Buen viaje a Senegal!
NOTA:
- Durante estos días no es raro encontrar pollos caídos
del nido, si encuentras uno, recuerda que son una especie protegida y que la
mejor forma de ayudar es llamando al 900 351858 del Centro de Recuperación de fauna Silvestre "Los Hornos" en Sierra de Fuentes (Cáceres),
para ser asesorados por expertos.
- Es muy entretenida la observación de las colonias de cría
dentro del núcleo urbano, pero recuerda que hay que evitar molestias y guardar la suficiente
distancia para que se comporten con naturalidad.
No hay comentarios:
Publicar un comentario